Ratzinger estira las piernas, toma el rifle con la derecha y otea el horizonte con la izquierda. Allí está.
Ahora es el ojo en el mapa del cielo que intercepta un pecho azul. Lleva una “S” inscripta, destino del blanco.
Piujjjiiinnnn!
Acierta.
Bye bye, Superman.
Una “S” de santo no es para cualquiera.
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jaja muy bueno
che me podrias agregar el blog a tu lsita y yo agrego el tuyo? me harias un favor, porque recien arranco con esta historieta
Juan, cuando tengas posteadas más cosas avisame y te linkeo. Gracias!